Joan Lleó, una exposició de 1958

     Avui, 28 de febrer, i al Centre d’Art Can Castells, s’inaugura una exposició dedicada al pintor Joan Lleó, ja traspassat.

     L’any 1958 exposava, a Sant Boi, per primer cop i a l’estatge de l’antiga Biblioteca Popular, Cal Sílio del carrer Major.

     Julio Casado va dedicar-li, a VIDA SAMBOYANA, un article que ens ajuda a conèixer aspectes biogràfics i tècnics d’aquest pintor:

 

JUAN LLEÓ

     Lleó expone por primera vez en San Baudilio; agradecemos al amigo el honor que supone para nuestra villa el favor de cedernos su colección artística.

     Dejemos a la opinión pública, entendidos y profanos, los diversos comentarios que la colección presentada en la Sala de Lectura de nuestra Biblioteca Popular, levantara en todos los tonos. La U. E. C. sólo quiere anunciar la buena nueva, repitiendo lo que tanto se ha dicho. Lleó no es nue­vo en las lides artísticas, su ya madura técnica ha cruzado las lejanas tierras, atravesando las fronteras y hollando pueblos, nos basta sólo admirar su espléndida obra para convencernos de ello, de comprobar que estamos ante un artis­ta en el dilatado arte de la acuarela. Desde que en 1945 inició sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge en Barcelona, hasta 1958 en que le ha sido otorgada la Medalla de la Agrupación Acuarelista de Cataluña la transitoria de Lleó ha sido un alarde de tecnicismo y acierto en el difícil arte de la composición, los viajes a Pa­rís en 1950 y el de Italia en 1953, de donde regresa con una madurez artística que aun conociendo su afán, a todos nos conmueve y sorprende; la confianza en él depositada a na­die defrauda.

     Las becas ganadas tan elegantemente le permitieron convencerse de su valor. En 1955 Lleó expuso una escogi­da selección de sus obras en la sala «Dardo», de Madrid, en aquellos días toda la prensa de la capital de la nación estuvieron de acuerdo en que el joven acuarelista catalán «era un consumado realizador de lo decorativo» «pisando las huellas del gran acuarelista Ceferino Oliver» «Lleó ha conseguido sin asomarse a los extravagantes «ismos» ver los temas de España y traernos a sus cartones de un modo nue­vo, no exento de belleza». Y así, por el estilo, toda la prensa donde Lleó expuso y quiso mostrarnos la calidad de sus obras.

     Quisiéramos por ello, en un tema tan importante como éste, reunir las condiciones necesarias que indudablemente no poseemos. La calidad artística de Lleó, su categoría es­piritual, plasmada en los murales de las iglesias de Nuestra Señora de Belén, en Barcelona, de Capellades, Tossa de Mar y Hospitalet de Llobregat, nos hablan de una potencia interior que va fluyendo segura y definida, arrasando viejos moldes y aplastando conceptos absurdos.

     La colección de acuarelas que nos será dado admirar pú­blicamente en la Biblioteca Popular a la cual damos nuestras sinceras gracias por su colaboración a la divulgación de la cultura popular, absorberá por completo nuestra atención.

     La Fundación «R. Amigó Cuyas» le concedió una beca para ampliar sus estudios en Italia a su regreso Lleó nos trajo un regalo artístico que es como una canción y líneas graciosas. En París nos maravilla con el arte personal de sus apuntes y estudios en tonos inéditos hasta ahora.

     No nos cansaríamos de admirar éstos, verdes maravi­llosos, aciertos bucólicos de la comarca olotina, ni ese de­rroche técnico de los paisajes samboyanos, de Mallorca, Bilbao, Ibiza, Asturias, etc., etc., de tantos y tantos lugares que han sido plasmados por Lleó.

     Hemos creído los de la U. E. C. que la obra del dilec­to amigo era digna de ser conocida en San Baudilio, y ahí la tenemos viva y pujante, fresca y alegre como una co­rriente de agua que cruza valles y torrentes. Si tantas co­sas tenemos que admirar de Juan Lleó es su modestia, su sencillez, casi rayana a la exageración. Debemos agradecer­le también que en estos días de la Fiesta Mayor sea su presencia pictórica un repique de campanas lanzadas en re­bato de alegrías.

     Gracias al amigo Lleó, que mereciendo tanto, tan poco le hemos dado, y gracias por su aportación que ha hecho posible que en los tiempos actuales nos sea permitido admi­rar tanta belleza en un tan reducido espacio.

JULIO CASADO

NOTA EDITORIAL: Publicat a “VIDA SAMBOYANA” (número 30, maig de 1958).